Siempre al lanzarnos preguntas encontramos un límite que se encuentra en todo aquello de donde no podemos extraer conclusiones.
Podría incluso afirmarse que de lo que no tenemos evidencia hay que callar. Tampoco existen certezas, sino apariencias, posibilidades, situaciones, etc.
Así como la cultura occidental es la única del mundo que convirtió la búsqueda de la verdad absoluta en su OBSESIÓN Y RAZÓN DE SER, mientras que en el resto de culturas todo es relativo.
Y por tanto, no existen verdades absolutas, tan solo verdades relativas. Lo que nos lleva a pensar que nunca existe una verdad que no sea discutida por todo el mundo.
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